Una lengua asesina... está
llena de maldición, de engaño, de fraude, de maldad y de palabras
malintencionadas que siempre hacen daño. El que tenga lengua asesina necesita
confrontarse y abrir sus ojos espirituales para corregirse, orar, humillarse pidiendo a Dios revelación y entendimiento para ser libre de esta práctica.
Una lengua asesina...sus palabras son como como golpes de espada; en cambio las palabras
positivas son eficaces porque corrigen con amor, animan y aconsejan a otros con bondad. Las palabras dichas con sabiduría son un bálsamo. Actúan como medicina con poder sanador sobre el alma herida, apaciguan emociones y sentimientos, liberan personas de opresión, de confusión y tristeza. No dejes que
tu lengua se vuelva asesina, Dios nos dio "una sola boca" para que podamos medir bien lo
que hablamos.
Consejo: Si
"no" te consta, entonces no lo digas, si es cierto y necesitas
decirlo para advertir y prevenir a un ser querido de un posible daño, entonces
asegúrese bien de que lo que vas a decir sea cierto.